Un poco de historia

Desde hace muchos años, la empresa Petropack tomó el compromiso de ser una firma socialmente responsable. Esta forma de gestionar se inicia con los propios colaboradores y sus familias, y se extiende a proveedores, clientes, la comunidad y el medio ambiente.
«Nos enorgullece haber sido pioneros en la puesta en común de innovadores programas internos que marcaron una impronta transversal de sustentabilidad y responsabilidad a toda la organización», destacó en este sentido el vicepresidente de la empresa, Gabriel Bourdin durante la firma del convenio de construcción y gestión institucional participada del Jardín Infantil «Isleritos San Martín», de Paraná.

Desde hace cinco años Petropack en esta comunidad educativa, que es el único jardín maternal del barrio San Martín. «Intentamos intervenir para dar más y mayor sustentabilidad a los niños y familias», apuntó Bourdin.












El vínculo entre la empresa y esta comunidad educativa se sustenta el en objetivo de modificar «junto a ellos», la dura realidad del entorno; que muestra como otros, precariedad laboral, drogadicción, violencia en todos sus tipos, inseguridad, enfermedades asociadas, que superan a los programas de responsabilidad social de la empresa, no obstante no impiden la búsqueda de respuestas en otros ámbitos.

Esta es una realidad cercana y lejana a la vez, porque la distancia real con El Volcadero, escenario de esta historia, no es más de 15 cuadras, pero la distancia social es inmensa, aunque no infranqueable.

«Petropack y El Volcadero se eligieron mutuamente y construyeron una red de confianza a los largo del tiempo que permitió que conociéramos y compartiéramos sus necesidades y sus sueños», subrayó.

PROYECTOS. La permanencia en el tiempo le permitió a esta empresa superar la etapa de demandas urgentes e indispensables y sostener lo permanente (indumentaria, insumos, juegos, recreación, becas, festejos, etcétera), y así planificar programas que involucraran a los padres de los niños, con talleres de capacitación con inclusión laboral.
«Gotitas de Esperanza» es uno de los ejemplos de objetivo cumplido. Asimismo, está en marcha el taller de gastronomía, y ya lleva dos años el taller «mamás tejedoras»; en tanto, comenzaron con el taller de huerta orgánica.
Todos recibirán el tratamiento de negocios inclusivos que les permitan su sostenerse en el tiempo.